martes, 25 de marzo de 2008

SUEÑOS CUMPLIDOS

Cuando uno dice que tiene sueño, en realidad, lo que en realidad quiere decir es que tiene ganas de tenerlos, es decir, ganas de dormir un rato. Además ya sabemos que siempre que se duerme no tenemos sueños, y muchas veces estos no son agradables y se convierten en pesadillas. Puestos a revisar algunas expresiones coloquiales ,“ echarse un rato” ¿ a cuánto tiempo hace referencia?. Exactamente, ¿cuántas horas dedica al día a intentar tener sueños agradables?
Hoy se publica la más reciente Encuesta Nacional de Salud en la que se afirma que los vascos, junto con los castellanos y los leoneses, somos los que menos dormimos al día. Nos quedamos aproximadamente en las 7 horas y 43 minutos. Los que más, los de Ceuta y Melilla que duermen algo más de 8 horas y 20 minutos. Sí, sumada la noche y la siesta, si es que uno la puede disfrutar, claro está. En La Rioja también superan las ocho horas de sueño diario. Estos son los datos, y ahora, seguramente, lo que todos hacemos es revisar nuestras horas de sueño y la de nuestros conocidos para ver si realmente las estadísticas coinciden. Personalmente, pocos casos conozco en mi entorno que cumplan con las teóricas ocho horas. Incluso, las 7 horas y tres cuartos de los vascos. Y lo de la siesta, en contadas excepciones. Imagino que bueno no es no dormirlas, pero la pregunta que debemos hacernos es si es bueno lo que hacemos con el tiempo que dedicamos a no descansar. Piensen, piensen.

Para dormir mejor, indiscutiblemente hay que procurar ser feliz y no tener preocupaciones. La falta de recursos económicos puede ser un gran problema, pero no el único. Un británico afortunado en la loteria con un premio de un millón seiscientos mil euros, ha decidido reincorporarse a su trabajo en un restaurante de una conocida cadena de hamburgueserías porque echaba de menos a sus compañeros. Sorprende que uno de los trabajos menos valorados de la hostelería mundial sea lo que pueda satisfacer a alguien que podría dejar de trabajar. Hay quien se conforma con poco, de hecho, el afortunado, tras comprar una casa y casarse por todo lo alto, la luna de miel la celebró en Canarias, que no es mal sitio, pero que muchos de nosotros, teniendo fortuna en el bolsillo, no lo elegiríamos como destino tan especial. Sí, seguro que está pensando como yo: que con esa suerte, ese dinero y ese trabajo, hubieramos reaccionado de otra forma.

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