sábado, 22 de marzo de 2008

21 mayo 2007

Aromas y compañía
21/05/2007
Se dice que vivir en una gran ciudad es el mejor entorno para vivir en absoluta soledad. Te puede pasar cualquier cosa y no enterarse nadie aunque te rodeen 10 millones de personas. Y la soledad hace que tengamos que recurrir en ocasiones a la compañía de mascotas, que no van a discutir ni a llevarnos la contraria y, en el caso de las mascotas que nos ocupan hoy, mejor que no tengamos nada que discutir con ellas.
Si analizamos bien la noticia, el joven propietario vivía en el subsuelo, marco incomparable para que residieran algunas de sus mascotas, pero no un lugar muy propicio para el desarrollo del humano. Vamos, que puede servir como atenuante, si en algún momento alguien le acusa de comportamiento peligroso por tener en su hogar semejante compañía animal. Siempre podrá alegar que lo suyo no puede ser calificado de "hogar", sino de cueva, guarida, o escondrijo. Y ,por otra parte, sabiendo que hay quien tenía en un apartamento neoyorkino un tigre de Bengala de 225 kilos, la verdad es que los animales que tenía el joven Tony Baez, con tan ilustre apellido de cantautora, van a acabar resultando adorables.
Aparte de que en el apartamento del joven Tony en estos momentos huele a chamusquina, seguro que antes del incendio olía a animales. Indescriptible olor que hay en todo hogar donde habitan fieras, y no hablo sólo de animales. Todos desprendemos aromas, ya lo sabemos, y la lucha por eliminar los menos agradables es una constante en nuestra vida. Por ello, esta noticia puede suponer toda una revolución, especialmente para la industria del perfume.
Por favor, que nadie haga el tonto y se ponga a " darle al frasco" de perfume. El pánico se puede apoderar de las grandes cadenas de perfumerías, y de las personas obsesas con los olores. Dejen que los laboratorios investiguen, que no conozco a nadie que por muchos cubalibres que se beba, huela a ron , salvo que se le caiga la mitad de la copa encima. Y los aromas provocados por la ingesta de alimentos poco tiene que ver con el sudor, sino con la nula extracción de humos de algunos restaurantes y los gases que provocan ciertos ingredientes. Vamos, que todo a su tiempo, que el mundo avanza rápidamente, pero no tanto.

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