jueves, 13 de marzo de 2008

ESCANDALOS Y POLITICA

Parece mentira que en el 2008 sea escandaloso conocer que alguien se ha ido de putas. Si hay alguna actividad que ha generado beneficios de una forma siempre escandalosa y en muchos casos, sórdida, esa es la prostitución. Y una actividad denunciada incluso por algunos periódicos que luego destinan la mitad de su sección de anuncios a ofertar servicios sexuales con textos dignos de ser prohibidos en horario infantil protegido y que logran ruborizar a cualquiera. El escándalo del ex-gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, no lo es por haber sido infiel a su resignada esposa, sino por haber sido un hipócrita que ganaba votos ante el aplauso de la opinión pública intentando acabar con la prostitución. Mientras lo hacía, pasaba el rato invirtiendo grandes cantidades de dinero en los servicios de una flamante nueva estrella mediática de 22 años y, como no, con un pasado triste que le condujo a esta vida dura y difícil que le permitía vivir en un piso alquilado sólo para millonarios.
Hoy se recuerda que ya hubo un gobernador en Nueva York que dió mucho que hablar hace ya unos cuantos siglos. A principios del siglo XVIII, Edward Hyde, que fue gobernador de la entonces puerta de entrada de los colonos procedentes de Europa, se pasaba la mitad de su tiempo vestido de mujer. Hay incluso algún retrato de la época en el que aparece vestido de dama. El travestismo en la política no era entonces lo que ahora conocemos como “cambio de chaqueta”. Desconozco si en Nueva York existían entonces algunos locales de los que ahora animan las noches de la Gran Manzana, pero este asunto a día de hoy no es afortunadamente reprobable, aunque sí que sería llamativo. También se dice que fue acusado de corrupción, que eso sí que es y debe de ser lo más reprobable, aunque tengas asumido que “esas cosas pasan con los dineros públicos”.
Silvio Berlusconi es hoy también noticia. El ex primer ministro italiano recomendó a una mujer que se dirigió a él para explicarle su condición laboral con un salario precario, que lo mejor era que se casara con un millonario. Para millonario él, aunque no entraba en la lista de candidatos que pudiera recomendarle a la indignada trabajadora. No parece nada afortunado el comentario, y las críticas arrecian contra el magnate y político. Bueno, está más que acostumbrado a torear polémicas y , por su parte, intenta rebajar las voces que le denuncian por machista en plena campaña electoral italiana diciendo que todo era una broma. No se puede tomar en serio, está claro, pero es que en cuestiones serias, como el trabajo y los salarios, bromas Don Silvio, las justas por favor.