jueves, 4 de marzo de 2010

¿dónde está Naomi?

Estoy preocupado desde ayer, cuando me enteré de que Naomi Campbell está en busca y captura en Nueva York. Se le busca desde que dió un puñetazo a su chofer por las calles de la Gran Manzana. Hay quien hace guardias por esas enormes avenidas a ver si ve pasar al galope a la reina de ébano con unos taconazos de vértigo, al mejor estilo “Sexo en Nueva York”. Pero de momento, muy escondida está.

Que tenga cuidado quien la proteja, porque está claro que le puede la mala leche: El mes pasado, Campbell confesaba en la cadena CNN que había estado en terapia para controlar su temperamento y se ve que no ha funcionado.

Su curriculum de agresiones es extenso y ha tenido que fregar suelos de un parking como castigo por ello: en 2007 se declaró culpable de haber golpeado con un teléfono móvil a su asistente personal debido a una riña por unos pantalones vaqueros que no aparecían. Y en 2008 admitió haber perdido los papeles cuando en un ataque de rabia pateó e insultó a un policía del aeropuerto de Heathrow tras no llegar a destino una de sus maletas.

Vamos, que siempre alguien tiene la culpa de todo lo que le pasa. No sabemos por qué agredió al chofer, queo tiene el ojo morado y ya en sí golpear en el ojo a un chofer con el vehículo en marcha resulta muy peligroso. Vamos, que cuando le pillen se le va a caer el pelo.

lunes, 1 de marzo de 2010

El abrigo asesino

“Muere un perro en un desfile de moda estrangulado por su propio abrigo”. Este es el sorprendente titular que esta mañana llamaba poderosamente mi atención. Incluso me provocaba una sonrisa, por lo absurdo de la historia. Sí, ya sé que el tema no tienen ninguna gracia y de hecho los defensores de los animales ya han puesto el grito en el cielo denunciado el absurdo de la utilización de las mascotas como objetos decorativos.

Sucedía este fin de semana en Madrid, donde una firma de moda canina presentaba su colección de todo tipo de indumentaria para convertir a los perros en estrambóticos reflejos del gusto de sus propietarios. Hay un video que refleja el momento del fallecimiento del perro, y que también muestra cómo se trataba a los “modelos” del desfile, manteníendolos metidos en un carro de supermercado. Vamos, que la marca de ridículos trajes caninos se va a forrar, pero no a ventas, sino a críticas.

La noticia, si se analiza con un poco de calma, refleja la estupidez humana con bastante detalle: queremos que las mascotas se parezcan a nosotros, queremos que, como nos sucede a veces, vistan prendas imposibles, incómodas, y hasta asesinas. En la Moda de los humanos conocemos prendas que favorecen, aunque no dejen respirar. Eso sí, no tenemos constancia de ninguna modelo muerta por axfixia provocada por un abrigo, pero sí de unas cuantas como consecuencia de las exigencias para ser modelo. Si por algo está el refrán: “ la que quiere presumir, tiene que sufrir”. El pobre perro está claro que no conocía el refrán.