DIVERSION EN EL TRABAJO

Hoy se celebra “el Día Internacional de la diversión en el Trabajo”. Fue iniciativa de una consultor a americana que hace diez años pensó que era bueno promover la idea de que trabajar no es necesariamente sufrir o dedicar unas cuantas horas de cada jornada a estar amargado. Sinceramente, no es mala idea. Hay empresas que dedican tiempo y dinero a que sus trabajadores vivan en un ambiente distendido, que se encuentren a gusto en un entorno amable, con buen humor entre sus compañeros y todo porque esas empresas saben que cuando uno trabaja a gusto, trabaja mejor.

Sí, estoy muy a favor de apoyar esta jornada. Cuando hablamos siempre de la necesidad de mejoras salariales, de lo inestable de los puestos de trabajo, de la conciliación laboral y familiar, dejamos de lado que no abordamos el desarrollo personal. El trabajo nos proporciona el sustento, pero nos debe de proporcionar otras cuestiones tan importantes como la realización personal. El sueldo es muy importante, pero una parte fundamental del sueldo es ir a casa contento, o por lo menos, sin muchas preocupaciones. Trabajar provoca muchas enfermedades y hay quien pierde la vida trabajando, pero también puede dar satisfacciones, hay quien vive un cambio de vida en positivo por encontrar trabajo, por independizarse económicamente, quien sale de un aislamiento social gracias a un entrono laboral.
Me leerá estas líneas alguien que sufre cada vez que tiene que ir al trabajo y pensará que soy un afortunado. Y tiene razón. Pero no todo es divertido en el trabajo, no soy tan ingenuo. No todo es cuestión de ver la botella medio llena o medio vacía, pero hay que poner voluntad también para, por lo menos, ver la botella. Crear un ambiente amable de trabajo es cuestión también de cada uno de los trabajadores, que todos conocemos personas que no hacen más que enrarecer el ambiente de los demás con sus propias frustraciones y problemas. Procuren alegrar esas caras, y conseguirán, al menos, que los demás también les sonrían. Algo es algo, ¿no?