Ha muerto Anita Roddick, fundadora de la marca de cosmética The Body Shop. Una mujer muy consecuente y con las ideas muy claras para el negocio y para la defensa de algunos valores como la búsqueda de productos naturales, no contaminantes en sus productos y la solidaridad en sus inversiones. La difunta ha dejado dos hijas y 63 millones de euros en sus cuentas. Y ha dejado un testamento llamativo: sus hijas no van a ver un euro de todo ese capital, ya que a su madre le parece obsceno que semejante fortuna se la vayan a repartir dos personas, auque éstas sean sus hijas. El patrimonio económico pasa a manos de fundaciones para que se disfruten más ampliamente. Sus hijas asumen la decisión de su madre.
Otro multimillonario, Warren Buffet, que encabeza la lista de las mayores fortunas del mundo, ha dejado bien claro a su herederos que la mayoría de su inmensa fortuna irá a parar a la fundación de Bill Gates ( otro que tal baila). A sus hijos les ha dejado, en vida, un capitalito de 6 millones de euros por cabeza, para salir adelante en la vida. La verdad, no está mal. El propio Buffet dice que esa cantidad es muy superior a la que tuvo él en sus inicios, ya que empezó de la nada. Lo que opinan sus hijos lo desconozco. Le querrán mucho a su padre, pero tal vez les gustaría que fuera aún más generoso.
Lo primero que hace falta para redactar un testamento, es tener bienes para poder repartir. Cuanto más tienes, más reparto es posible, y más líos surgirán. Casi hay que agradecer tener poco o casi nada para que la familia no se convierta en una pandilla de carroñeros. Casos de estos todos conocemos. Que no nos toque de cerca. Me tranquiliza que yo no corra peligro, con lo que pueda dejar de herencia a mis descendientes.
viernes, 18 de abril de 2008
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