lunes, 9 de febrero de 2009

FIESTAS Y TRADICIONES

Hay quien se empeña en demostrar que todas las aves, por el hecho de tener plumas, pueden volar. En Cazalilla, un pueblo de Jaen, la tradición de tirar una pava desde el campanario sigue, a pesar de la prohibición de las autoridades. Se sanciona a la persona que la lance, pero el dinero no es suficiente freno para esta salvajada. Habrá quien diga que era peor lo de Manganeses de la Polvorosa, en Palencia, donde tiraban una cabra, y esa si que plumas no tiene. Lo que realmente es dificil es hacer entender que algo, por muchos años que tenga y tradición que haya detrás, debe de ser inalterable.
Si el uso de animales para el disfrute de las fiestas es algo que va poco a poco despareciendo ( y mira que queda camino por delante), ahora llega el turno a la utilización de la pirotecnia. Desde Europa se quiere acotar la distancia en el que se usan los fuegos artificiales de la presencia humana. Eso, que parece que es lógico y comprensible para evitar desgracias, choca profundamente con la tradición festiva de localidades levantinas donde les encanta tirarse todo tipo de cohetes en las luchas cuerpo a cuerpo. Ya hay quien ha puesto el grito en el cielo, que es precisamente donde quieren los europeos que se pongan los cohetes, y no en las calles atestadas de gente. Veremos en que acaba todo esto, pero dificilmente va a ser justificable por la tradición.

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