Hay ladrones que consiguen caer simpáticos. Desde los tiempos de Robin Hood, El Zorro, o cualquiera que hacía honor al refrán “ el que roba un ladrón, tiene 100 años de perdón” se ha grajeado una gran popularidad. Pero también aquellos que, por su torpeza, o por lo absurdo de lo sustraído generan, a pesar del delito, una sonrisa.
Hoy tenemos que hablar de una familia portuguesa que fue detenida ayer en Badajoz por el supuesto robo de 900 kilos de melones que llevaban en su furgoneta y cuyo valor ronda los 600 euros. En primer lugar diremos que el precio del melón es muy bajo. En segundo lugar, que hay furgonetas que resisten bien la carga . Y en tercer lugar, que no deja de tener gracia imaginarse las caras de la familia detenida y de la patrulla que interroga sobre el origen de 900 kilos de melones.
“Cada cual roba lo que puede”, dirá quien justifique el a veces no queda más remedio que apropiarse de lo ajeno. Robar melones nunca será un acto discreto, y menos con el bajo precio que tienen. Recuerdo el caso de una mujer que fue detenida a la salida de un supermercado cuando portaba bajo sus faldas dos jamones. Me refiero a dos ibéricos de pata negra. Siempre me quedé con la curiosidad de cómo era esa falda. Hay robos que tienen su mérito.
miércoles, 15 de octubre de 2008
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