Sí, suena raro. Unir ese apellido y la palabra “cambio” parece que choca. Pues hoy no se habla de otra cosa, bueno,sí, de la Bolsa y de sus caídas record, pero a todo se acostumbra uno. El ex presidente Aznar ha cuestionado muy mucho a los que alertan del cambio climático.
No parece que se crea que sea tan urgente atajar ese problema de dentro de unas cuantas décadas, mientras estamos inmersos en una crisis y con muchos humanos pasando hambre. Habla del cambio climático como de “la nueva religión” y habla de catastrofismo. No dice que sea negacionista, sino que se define como ecologista razonable.
Menos mal que existe la libertad de opinión. Sus argumentos son perfectamente respetables, pero el problema es que hay quien resulta poco creíble aunque no sea el único que pueda pensar que la amenaza del cambio climático no es tan grave.
Sí que sorprende que el expresidente abogue por la urgencia de atajar otros problemas como el hambre cuando no se recuerda que él, siendo el máximo responsable de un gobierno, tuviera un papel relevante en esa causa. También sorprende que hable de asuntos más urgentes y cercanos que el cambio climático el presidente que consideró importante invadir Irak, que tan a mano nos pilla.
Es bueno que se cuestionen todas las teorías. Incluso algunas evidencias como que el clima está cambiando. Y es de buen ignorante hacerse preguntas.
miércoles, 22 de octubre de 2008
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