Nos consta que la música, además de calmar a las fieras, tiene inumerables efectos beneficiosos y placenteros. Hoy tenemos que unir uno más a esa larga lista de virtudes: el vino mejora si lo acompañamos con buena música.
Esta afirmación, que parece una obviedad ya que todos sabemos que es un placer disfrutar conjuntamente de buena música y buen vino, resulta novedosa si dejamos la copa a un lado: un reputado enólogo chileno, ha utilizado en su propia bodega unos equipos de sonorización para envolver en cantos gregorianos la sala de barricas donde su vino madura.
Y ha llegado a la conclusión de que su vino mejora si escucha canto gregoriano. Sí, el vino aprecia el gregoriano. Esta novedad vinicola-musical la tiene tan estudiada nuestro enólogo que ha llegado a afirmar que a la variedad cabernet souvignon le sienta especialmente bien escuchar el canto de los monjes.
En fin, será cuestión de experimentar a partir de ahora con otras uvas, con otros caldos y con por supuesto, con otros estilos musicales.
jueves, 29 de mayo de 2008
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