A VUELTAS CON 1968

El mayo del 68 sigue dando guerra. No arden las calles de París, pero arden los platós de las televisiones. Desde que La Sexta anunció un documental en el que José Mª Iñigo sugiere que responsables de TVE realizaran sobornos a los miembros del jurado del Festival de Eurovisión de aquel año, hecho que hubiera permitido que Massiel ganara el certamen, cadenas como Tele 5, que se divierte mucho con este tipo de asuntos, y Antena 3, donde colabora Massiel. Se han dicho de todo, que hay que llenar minutos de televisión, y eso que el documental no se ha emitido aún, aunque se sabe que, en realidad, José Mª Iñigo aclara en el mismo que en esa época se buscaba el favor de los jurados, entonces dependientes de las propias cadenas, mediante compras de programas y apoyos discográficos. Vamos, nada nuevo bajo el sol. Y además aclara que no fue precisamente en 1968 cuando Madrid hizo los mayores esfuerzos para lograr los votos, con lo que Massiel debería relajarse, que nadie duda de sus méritos. Pero claro, qué más quiere Massiel que tener algo para crisparse, que le sale rentable.

Aparte de los protagonistas a los que salpica por estos lares la noticia, en el Reino Unido se ha difundido mucho el rumor y Cliff Richard, una leyenda tan viva en la música por allí, como Massiel por aquí, ha hablado. El quedó en segundo lugar, aunque todos los sondeos le daban como favorito. Dice que ha sufrido mucho en su vida por no ganar. Es una mancha que ha llevado en toda su carrera y que “ahora sería muy feliz si pudiera decir que gané el festival”. Ahora resulta que Cliff Richard ha estado sufriendo 40 años un trauma. El ser segundo en algo le sentó mal. Vaya, pobrecito, y eso que no diría yo que le fue mal en la vida. Por lo menos, por aquí, pocos conocen algo más de su larga discografía que el “congratulations” con el que participó. Ósea que quedar segundo le dio más popularidad que otros hits de su larga carrera. Bueno, si va a peligrar su estado anímico por no reconocerle que pudo ser el primero, a ver si Massiel cede y le da algo de protagonismo a Cliff Richard. O que se enfade con él, y le de otra vez notoriedad. Total, un enemigo más, que más dará.