lunes, 18 de enero de 2010

El delito de enamorarse

Según publica el diario “20 minutos”, uno de los 5 presos etarras que ha sido expulsado de la banda, lo ha sido por haberse enamorado. Se trata de Jorge Uruñuela quien, según fuentes penitenciarias, mantuvo un romance con una funcionaria de prisiones de la carcel del Dueso, en Cantabria, en 2008. Se dice que incluso les pillaron en situaciones indecorosas, motivo por el cual, la joven funcionaria fue destituida de su puesto. Supongo que el asunto también trascendió a su novio, otro funcionario de prisiones de Martutene y a saber cómo está ahora esa relación. Por su parte, Jorge fué trasladado a la prisión maña de Zuera.

Romeo y Julieta, en versión actual. Se nos olvida a veces que detrás de noticias, comunicados y declaraciones hay personas que sienten. Al margen de valoraciones sobre por qué los protagonistas de ciertos titulares lo son, humaniza saber que hay cosas que no cambian a pesar de las situaciones en las que viven.

El ambiente carcelario no parece el mejor lugar para mantener una relación sentimental. La lógica del sistema obliga a delimitar quién está encarcelado, y quién le vigila, y la distancia que hay que mantener. Pero los humanos somos así: la lógica no nos vale siempre. Si el asunto fue una historia de amor, el mundo que nos rodea se la ha cargado. Si fué un rollito pasajero, les ha salido caro. Alguién acabará haciendo una película con esta historia.

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