El Bulli cierra sus cocinas por dos años. La noticia conmocionaba ayer al mundo de la gastronomía. Ferran Adriá, considerado el mejor chef del mundo anunciaba el cierre por dos años para pensar, reflexionar y buscar nuevos planeamientos para seguir creando.
No parece suficiente tener seis meses al año cerrado el restaurante y dar sólo un servicio de comida diario, y a menú cerrado, para poder dedicarse a innovar. Sí que es cierto que ser el número uno en algo exige dedicación y mucho esfuerzo. Tampoco está mal dedicarse dos años a frenar el carro, revisarlo, y ponerlo aún más a punto, pero para eso hace falta poder parar.
Adriá es un genio indiscutible de la cocina, y del negocio gastronómico. Y cobrando 300 euros el menú, se puede descansar lo necesario, al margen de los beneficios por asesoramiento, venta de publicaciones, conferencias y demás marketing asociado. Los genios tienen todo el derecho del mundo a ganar dinero con sus genialidades y qué pena que no todos podemos comprar un picasso, ni comer en el Bulli.
Imagino que miles de cocineros de miles de restaurantes, que trabajan duro día a día para mantener su negocio en estos tiempos tan difíciles ,también quisieran descansar dos años, o dos semanas, para poder reflexionar y seguir adelante. Pero me da que es un lujo que pocos pueden hacer, como comer en el Bulli. Ferran, disfrútalo, tú que puedes.
miércoles, 27 de enero de 2010
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