Se anuncia la eliminación de los controladores aéreos en 12 aeropuertos españoles y su sustitución por un sistema automatizado. El Ministro José Blanco, “Pepiño” en ambientes más de confianza, ha puesto su peor cara y ha destacado que es una forma de ahorrar, y modernizar en el complejo mundo de los aeropuertos. Tras publicarse que hay 160 controladores que ganan más de 600.000 euros anuales, y que el sueldo medio es de 350.000, la medida ha tenido dos consecuencias.
La primera, populista: en tiempos de crisis y paro, hablar de esos sueldos es impopular y no se ve justificación en que nadie cobre semejantes cifras. La segunda, el cabreo del sector: no ha gustado nada a los controladores que se hable de sus sueldos, para ellos totalmente justificados, y además que la supresión de sus trabajos en algunos aeropuertos por un sistema informático parece más una medida de castigo por sus acciones de protesta que tanto afectan a los viajeros, que una medida modernizadora.
Veremos en qué acaba todo ésto. Ser controlador aéreo no parece un mal trabajo, y lo digo después de haber conocido a uno de ellos que ejercía en una aeropuerto de la costa mediterranea donde sólo veían llegar aviones en verano. Se aburría mucho, trabajaba muy poco, y cobraba pero que muy bien. Pero tampoco es un trabajo que genere simpatías. Son pocos, y hacen mucho daño cuando protestan. Y me da la sensación de que van a protestar un poco más a partir de ahora. Señores pasajeros, tengan paciencia.
martes, 12 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario