Me divierte mucho atender a los comentarios del “ día después” del Eurofestival. Soraya dice que está muy contenta con su actuación, a pesar de haber quedado la penúltima. También dijo que no había que tener miedo a Noruega. La verdad es que soraya no lo hizo nada mal. Hoy se puede leer en la portada de “el mundo” la siguiente pregunta: ¿Es imprescindible hacer el ridículo cada año en eurovisión?. Tiene su gracia la pregunta, porque este año no han hecho el ridículo. O igual quiere el Mundo que vuelva Txikilicuatre, que tuvo más votos.
Por otra parte, se sigue viendo que los paises votan por afinidades políticas o cercanía, más que por que les gusten las canciones. Así España recibió votos de sus vecinos Andorra y Portugal, y de Grecia y Suiza ( será por la Reina Sofía y por el dinero negro). España lo tiene muy mal para volver a ganar. No tiene amigos en Europa y tiene pocos vecinos. Tendría que hacerlo cantando en inglés. Conviene que no lleve una canción con ritmos que recuerdan a Turquía, que para eso ya estaba la turca que mueve mejor la cintura. Tambien es importante que Soraya no vaya vestida de patinadora sobre hielo. Pero todo da igual. El violinista noruego ni iba vestido de una forma espectacular, ni sus coreografías era brillantes: simplemente tenía una buena canción para arrasar: pegadiza, fácil, con toque folk y a la vez, festivalera. No tuvo fronteras para que todos coincidieran en su triunfo.
domingo, 17 de mayo de 2009
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