lunes, 9 de noviembre de 2009

Temporal

Ha sido un fin de semana de temporal, con sus rayos, truenos, granizo, nieve en las cumbres, viento fuerte y oleaje salvaje. Dos montañeras han fallecido congeladas en Catalunya y numerosos percances han provocado las condidiones meteorológicas. A pesar de las previsiones del tiempo, y de vivir en una sociedad teóricamente informada, y desarrollada, siguen pillandonos las inclemencias.

Como muchos, yo también me acerqué a la costa a ver el impresionante oleaje. El viento era fortísimo, las lluvias y el granizo sorprendían a todos los curiosos y las olas azotaban con violencia los muros de contención. Las autoridades, que habían acordonado las zonas de más riesgo poco pueden hacer ante la curiosidad de los imprudentes. No uno, ni dos: muchas personas saltaban la cinta de seguridad para ver las olas de cerca y ver si les pillaban o no. Algún padre con su hijo de no más de cinco años quería que viviera ya esa experiencia tan otoñal. ¿Sirve de algo el cordón de seguridad?
Sí, sin duda sirve: En la playa de los Gigantes donde fallecieron dos mujeres aplastadas por un desprendimiento de rocas se sigue buscando la responsabilidad de los sucedido. Había una cinta que advertía de lo inseguro de cruzxar la línea, pero aún así la cruzaron. Hay quien echa la culpa a las autoridades por no ser suficiente advertencia. ¿Habrá que poner alambradas para los imprudentes?

Desconozco las causas que provocaron la muerte de las montañeras, pero está claro que la previsión del tiempo no la consultaron. Sé que la curiosidad puede más que la seguridad, pero no vale luego buscar responsabilidades en los demás cuando nosotros sólo nos la jugamos. Ayer el mar era un espectáculo, y un peligro que muchos no querían ver. Así sómos.

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