El noble estafador

Han detenido en Donostia a un falso aristócrata británico que había encandilado a varias mujeres vascas. Su delito no es haberlas seducido, sino haberles convencido de que les adelantara dinero para atender los gastos en abogados necesarios para poder heredar una auténtica fortuna. Le acusan de haber estafado 700.000 euros, con los que ha vivido por todo lo alto disfrutando de los mejores restaurantes, y en las mejores camas de hotel. Esas camas seguro que las ha compartido con alguna de las incautas que cayeron en sus brazos, y, sin ellas tenerlo muy asumido, las han pagado pensando en que estaban invitadas.
La culpa de todo la tiene el Hola. Hay quien, de tanto leerla, se cree que todos los nobles son ricos. Y que todos los que salen en la revista son gente honesta. Y hay mucho aristócrata con castillo apolillado, hipotecado, pero con rancio abolengo. Y hay personas adineradas, pero sin pedigrí, que sólo necesitan ya en la vida tener un título nobiliario o el acesso social que la aristocracia permite. Todo lo demás ya lo han comprado.
De esto ya hablaba Paco Martinez Soria en “hay que educar a papá” en los años 70 y Berlanga en los 80. Pero no hemos aprendido. Y lo peor de esta estafa no es saber que te han sacado el dinero mediante engaños, sino que además tu entorno social más perverso va a llamarles tontas a la cara a las estafadas.