lunes, 2 de noviembre de 2009

Ataudes de moda

Ya sé que estos días se ha hablado mucho de difuntos, cementerios, panteones, nichos, incineraciones y todo aquello que rodea nuestros ritos funerarios. Ritos y tradiciones que van cambaiando también con los tiempos. Hemos pasado del estaus que supone tener una panteón y que todo visitante sepa que, aun estando muerto, uno es el más rico del cementerio, hasta que a uno le depositen en una maceta dentro de una urna biodegradable y con semillas para que de los restos surja una rosal. O acabar en el fondo del mar sirviendo de alimento a un banco de sardinas.
Hemos sabido que el diseñador Antonio Miró ha realizado una colección funeraria, con modelos de traje de mortaja, muy sobrios, como todo en lo que él diseña. También ha creado un par de ataudes de diseño que no dejan indiferente a nadie, sobre todo, uno de color azul con formas redondeadas y futuristas.
También hemos sabido hoy que el número uno en ventas de los diseños de ataud entre los religiosos que nos abandonan y se dirigen al cielo, o eso creemos, es el que sirvió de última morada al Papa Juan Pablo II. Según Mémora, la empresa que lo vende, es "un féretro de madera de pino con tapizado de algodón y barniz y un crucifijo incrustado". Es además ecológico y nada ostentoso. Y su costo es asequible: 285 euros. Las peticiones no dejan de crecer desde que se viera el funeral de Juan Pablo II en la televisión mundial.
Perdonen la frivolidad, pero mejor que se haya puesto de moda ese modelo de féretro y no el de Michael Jackson, con tanto dorado, que aparte del dudoso gusto, no están los tiempos para gastos suntuosos.

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