Hay costumbres que se asientan, de las que desconocemos el origen, pero que algunos cuestionan y quieren cambiar. Van Morrison, el veterano músico irlandés, ha prohibido en sus últimos conciertos que se sirva alcohol en el recinto donde actúa. Asegura que distrae, tanto a él como al resto del público, el que alguien acuda a pedir bebida a la barra.
Curiosamente, sí se podrán pedir bebidas sin alcohol, que digo yo, que distraerá el hecho de pedirlas tanto como las bebidas alcoholicas.
Van Morrison ya había mostrado en más de una ocasión su incomodidad con los sonidos de los teléfonos móviles durante los conciertos.
Es comprensible, pero parece que hemos asumiendo como normal apagarlos cuando entramos en el cine, o en una iglesia y, sin embargo, nos parece normal mantener una conversación telefónica durante un concierto de rock.
Lo mismo que se comen palomitas mientras se ve una película, o se evita hasta el carraspeo de garganta durante una ópera, beber alcohol en un concierto de rock parecen acciones unidas. Van Morrison, que de alcohol sabe un rato, cree que es hora de alerjarlo por lo menos, sus conciertos.
jueves, 18 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario