La conocida frase “ me va a costar un riñón” nunca ha concretado exactamente de cuánto dinero estamos hablando. Para quien necesita un trasplante sabemos que no hay precio posible y que hay quien es capaz de cualquier atrocidad ajena por su salud. Pero , si la cuestión es concretar, más o menos, una cantidad en metálico de lo que cuesta, en Estados Unidos ya hay quien lo ha hecho. Y es médico, así que de estos asuntos suponemos que alguna idea tiene.
Se llama Richard Batista, es cirujano en Nueva York y está en trámites de divorcio. Dice que su mujer no le deja ver a sus hijas y que, como medida de presión, ha decidido reclamar millón y medio de dólares por el riñon que le donó cuando ella lo necesitaba. Además asegura que le engaño con un fisioterapeuta. Vamos, que le engañó, le quitó a sus hijas y encima lleva un riñón suyo. Está dolido, desde luego.
No tenemos muy claro que va a hacer su mujer. Ni los abogados, que en Estados Unidos están acostumbrados a demandas millonarias, pero no a devoluciones de organos y a tasaciones de riñones. Tal vez discutan los letrados por el valor del riñón, si relamente era del cirujano, de cómo se puede demostrar que es suyo, si estaba en buenas condiciones, si hubo coacción para que lo donara..... “Devuelveme las llaves de la moto, y quedate con todo lo demás”, eso decía una canción en los años 80 y se utilizaba mucho para ambientar situaciones de ruptura sentimental. ¡Cómo cambian las canciones en este siglo!
jueves, 8 de enero de 2009
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