Ya está aquí uno de los estudios que más juego nos da: el que analiza nuestros hábitos sexuales. En el que acaba de realizar la empresa Pfizer, muy interesada en vender viagra, afirma que seis de cada diez vascos están satisfechos con su vida sexual. Imaginamos que las vascas también se encuentran agrupadas en ese dato, por lo menos, seis de cada diez. De los cuatro que no lo están, o así lo afirman, lo que puedo decir en primer lugar es que son los más sinceros de la encuesta, ya que otro dato destacable es que en este tipo de cuestiones se tiende a mentir mucho.
Los vasc@s somos de los que más hablamos de sexo con nuestros amig@s y de los que más sinceramente respondemos en la encuesta. La pregunta es: si, aunque seamos de los más sinceros, tenemos tendencia a no hablar claro de sexo ¿es fiable lo que dice este estudio?
Por cierto: ¿Y qué más sabemos de los 4 vascos y vascas que no están contentos? Pues que les preocupa la monotonía en las relaciones y la falta de líbido y la disfunción eréctil. De lo primero, puede haber soluciones más o menos creativas, pero me da que tampoco somos un pueblo muy dado a la experimentación ni en ese, ni en otros campos. Tal vez en el sexo seamos como en el vestir: tenemos fama de discretos, poco atrevidos, de colores sobrios y sin estridencias, pero muy elegantes.
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