La quiebra de General Motors es algo más que un escalón de la crisis económica. La quiebra de General Motors es el fin de un emblema nacional para la primera potencia mundial. Los marcas automovilísticas son banderas de las que presumen algunos países como demostración de su desarrollo y su fuerza. El mayor fabricante de automóviles ya vió que los ricos estadounidenses preferían un mercedes o un BMW a un Cadillac. El tamaño no es lo que importa en un coche, y los “mini” ganaban terreno a los Pontiac. Ahora, tras el descalabro de la firma, el orgullo yankie estará por los suelos, porque su marca Hummer ha sido adquirida por una empresa china.
Hummer es la imagen del conocido refrán “ande o no ande, caballo grande”. Un vehículo que nace de las necesidades del ejército americano ( como fue el Jeep) y que impresiona por sus dimensiones y su fortaleza. El consumo, como casi siempre en los vehículos americanos, no importa. China se merienda a este monstruo y , aunque aseguran que se seguirá fabricando en Estados Unidos, los dirigentes chinos saben que ya tienen una marca de coches, algo que les faltaba para demostrar su poder.
Si a eso le sumamos que la Fiat va a asociarse con lo que quede de GM, el diseño italiano se merienda al americano. Mira, en eso si que van a ganar los coches americanos. El orgullo por los suelos, pero seguramente con un futuro más rentable.
martes, 2 de junio de 2009
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