El uso del teléfono móvil está convirtiendo a las cabinas telefónicas en objeto del pasado. En el Reino Unido la compañia British Telecom había anunciado la retirada de 14.000 cabinas ante su baja utilización y lo costoso de su mantenimiento.
Las protestas no se hicieron esperar y la compañia ha recurrido a una original campaña denominada “ adoptar una cabina” para que las 62.000 cabinas telefonicas que aún quedan, de las que 12.000 son las clásicas de color rojo, no desparezcan del paisaje urbano.
Los ayuntamientos que deseen participar deberán pagar una tarifa anual de 625 euros por cada cabina para poder sufragar el 50 por ciento del coste del mantenimiento.
Para favorecer que los consistorios se animen a no perder este icono de sus calles, también pueden apuntarse a esta singular campaña por una simbólica cuota de dos euros. La compañía así mantendrá la cabina, pero sin teléfóno en su interior.
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